Estamos en Mantencion, Gracias a todos por visitarnos.

Duran Duran













En visita a Chile 2012, el grupo británico repletó el Teatro Caupolicán


SANTIAGO.- "No hay entradas para Duran Duran", dicen algunas hojas de papel carta impresas y pegadas a duras penas con cinta adhesiva, en las rejas de acceso al Teatro Caupolicán.




Y claro, la leyenda puede ser la consecuencia inmediata y palpable del traslado que el concierto de los británicos sufrió, desde Espacio Riesco hasta el menor aforo del Teatro Caupolicán. Sin embargo, este recinto que reputados artistas enfrentan con notorios vacíos, esta noche efectivamente estaba al tope de su capacidad, para recibir la cuarta visita al país del ahora cuarteto inglés.


La razón es clara, y el mismo Simon Le Bon la pone arriba de la mesa tras su tardía salida a escena, con cerca de 25 minutos de retraso: "Hemos sido amigos por mucho tiempo", dice al recordar su primera visita en 1993, y luego de despachar con "Planet Earth" (1981) el primer misil de varios que vendrán.


La algarabía que produjo el tema, que sucedió a la apertura con el más reciente "Before the rain" (del álbum de 2010 All you need is now), dio clara cuenta del efecto que la fórmula de Duran Duran no ha cesado de provocar en más de 30 años, y que refrendó con un setlist simplemente infalible.

Porque en esas tres décadas de historia en el universo del pop, los británicos se las han arreglado para construir un portaviones tras otro, y prácticamente todos navegaron hoy frente a las cerca de 5.500 personas que llegaron hasta el recinto de calle San Diego.

Desde las cuotas de misterio de "A view to a kill" hasta la aspiración majestuosa de "Ordinary world", pasando por ese portento ochentero que es "The reflex" (con introducción de un fan incluida) y la fiesta desatada de "White lines", ese encendido cover de Grandmaster Flash que fue introducido por otro que sí tuvo tono funky, como fue "Notorious".

Una apuesta que pesa por sí sola, pero que fue bien condimentada por piezas de su última producción que se adapten sin problemas al perfil histórico (como la efectiva "Girl panic!"), y por una puesta en escena que esta vez sí respondió a las expectativas que el propio perfil estético de los británicos genera, en un ítem que en 2008 fue una de sus principales flaquezas.

Ahora, en cambio, una gran pantalla de fondo y una iluminación de inspiración industrial, sirvieron de hábitat para que Le Bon luciera el excelente estado de su cincuentona garganta, mientras que hasta el siempre impasible Nick Rhodes hoy se dio permiso para despeinarse y hacer de fotógrafo oficial, bien enfundado en esa inconfundible estampa de dandy espacial que conserva desde los años de gloria de la new wave.

Es que lo pasan bien los Duran Duran de hoy, y eso también lo contagian. Si en los 80 aquello les valió ser apuntados por quienes los consideraban demasiado superficiales y hedonistas para el mundo de esos años, hoy ya no hay contra posible. La comunidad ochentera de este tiempo, que hoy se dio cita en pleno, se une sobre todo por sus ganas de recordar y divertirse, y eso con los británicos, no puede estar menos que asegurado.
Fuente : emol